Vida número VIII

En mi vida número ocho no parece que me comiera mucho.



"- Venga, bahhh, que te prometo que no se lo diré a nadie:(

- Que no, tío, que a mí no me va ésto

- Venga ya, ¡cómo no vas a tener ganas de una mamada?

- En serio, que no tengo ganas.


- Sí, claro...

- Que no...

   Y como supongo que ya sabréis, cuando no haces que la polla del hombre que te quieres comer, se moje sola, mas te vale intentar otra cosa.




    Por suerte  me enteré de que le gustaba que le comieran los pies, me ofrecí. Tardé unas cuantas tardes en que me dejara subir a su cama, pero una vez que subí...






"- Que no...
 - Venga, no seas maricona, que te prometo que no te voy a meter nada por el culo; solo la polla.. bahhh, por fa, jooooo.
- Pero solo la puntita, ¿eh?
- Venga".



Luego supongo que habré conseguido que me comiera el culo... y si así fue imagino que me casé con él

3 comentarios:

  1. Jajaja, chuchi, es que lo de comer un ojete une, y mucho!!

    Bicos Ricos

    ResponderEliminar
  2. No es acaso una buena comida de culo como que te regalen un anillo de compromiso.

    De anillos y esfínteres están los altares llenos.

    ResponderEliminar
  3. jajaja... aaays, Pimf, Argax, qué razón tenéis... No había yo pensado en lo de los anillos... ays, suspiro jajajaa

    besos

    ResponderEliminar